La Revolución Industrial no ha parado desde 1760, año en que la humanidad presenció uno de los cambios más grandes y trascendentales en el ámbito socioeconómico y tecnológico. Esta época se caracteriza por la manera en que las economías comenzaron la producción de sus bienes a través de máquinas impulsadas por vapor y agua. Un par de décadas adelante, llega la llamada Segunda Revolución en donde esta promueve la producción en masa mediante el uso de combustibles, electricidad y máquinas. La sociedad, en busca de satisfacer nuevas y grandes necesidades originadas por el tiempo, retos globales y un mejor empleo de recursos logra aterrizar, poco más de un siglo después, la Tercera Revolución, misma que logra distinguirse de las anteriores por la automatización, tecnologías de información como internet, computadoras y robótica. Lo que nos lleva al “final del camino” con uno de los parteaguas vanguardista de la actualidad: La Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0. Se trata de la convergencia de dos mundos, el físico y digital, las tecnologías de información, máquinas y humanos. Conexión e interacción en todo momento.

Desde el origen de la Industria 4.0, la automatización y digitalización han puesto el reflector sobre un área vital para las empresas, la contabilidad.

La tarea del día a día de un profesionista en materia contable como lo es el análisis de datos, generar reportes, verificación y revisión de información, pago de nómina e impuestos, en repetidas ocasiones se realiza mediante el seguimiento de metodologías que podrían ser consideradas arcaicas. Gracias al uso de la tecnología es posible la optimización de estos procesos debido a que las máquinas actualmente tienen la capacidad de pensar, aprender e imitar el sentido cognitivo del humano, de manera continua a distintas situaciones, con el objetivo de auxiliar y concluir con sus actividades.

Pero, si llegamos al punto de sustituir –por cuarta vez en la historia- al humano por una máquina que piensa y actúa como este y peor aún, la mejora. Entonces, ¿pronto los contadores se quedarán sin trabajo? Aunque esta distópica idea sobre el futuro alarme a muchos, no será así.

El potencial de esta tecnología busca eliminar, casi en su totalidad, las tareas relacionadas con datos de transacciones y registros que suelen llevarse manualmente. Al reasignar actividades de análisis, cumplimiento y reporte a la tecnología, los contadores tendrán un papel más estratégico al enfocarse en servicios de asesoría y tareas de mayor importancia.

La aplicación de Inteligencia Artificial está creando un nuevo arquetipo de servicios, productos y un nuevo segmento de mercado. Por eso, las oportunidades que se aproximan serán inigualables para los profesionistas con áreas de especialidad en donde la tecnología y el toque humano puedan convertirse en uno y trabajar por dos o más.

Jorge Covarrubias Senés